discografía

Palabras para Julia

José Agustín Goytisolo 1928-1999

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable,
interminable.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido,
no haber nacido.

Pero tú siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti, pensando en ti
como ahora pienso.

La vida es bella ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos tendrás amor,
tendrás amigos.

Un hombre solo una mujer
así tomados de uno en uno
son como polvo no son nada,
no son nada.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti, pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino nunca digas
no puedo más y aquí me quedo,
y aquí me quedo.

La vida es bella ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos tendrás amor,
tendrás amigos.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti, pensando en ti
como ahora pienso.

 

<< volver

 

 

Abenamar

Romancero

¡Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida;
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.
- No te la diré, señor,
aunque me cueste la vida.
- Yo te agradezco, Abenámar,
aquesta tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos?
¡Altos son y relucían!
- El Alhambra era, señor,
y la otra, la mezquita;
los otros, los Alixares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba,
cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra
otras tantas se perdía;
desque los tuvo labrados
el rey le quitó la vida
porque no labre otros tales
al rey del Andalucía.
El otro es Torres Bermejas,
castillo de gran valía;
el otro Generalife,
huerta que par no tenía.
Allí hablara el rey don Juan,
bien oiréis lo que decía:
- Si tú quisieras, Granada,
contigo me casaría;
daréte en arras y dote
a Córdoba y a Sevilla.
- Casada soy, rey don Juan,
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene
muy grande bien me quería.
Hablara allí el rey don Juan,
estas palabras decía:
- Échenme acá mis lombardas
doña Sancha y doña Elvira;
tiraremos a lo alto,
lo bajo ello se daría.
El combate era tan fuerte
que grande temor ponía.

 

<< volver

 

 

Canción de jinete

Federico García Lorca 1898-1936

En la luna negra
de los bandoleros,
cantan las espuelas.

¡Ay! caballito negro,
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

Las duras espuelas
del bandido inmóvil
que perdió las riendas.

¡Ay! caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!

En la luna negra
sangraba el costado
de Sierra Morena.

¡Ay! caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

En la luna negra,
¡un grito! y el cuerno
largo de la hoguera.

¡Ay! caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!

 

<< volver

 

 

Andaluces de Jaén

Miguel Hernández 1910-1942

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién?
¿quién levantó los olivos?
Andaluces de Jaén.

No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada
el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Andaluces de Jaén.

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿de quién?
¿de quién son esos olivos?
Andaluces de Jaén.

Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos.

Jaén, levántate brava,
sobre tus piedras lunares
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Andaluces de Jaén.

 

<< volver

 

 

Coplas por la muerte de su padre

Jorge Manrique 1440-1479

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allá los otros medianos
y más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.

Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.

Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
no son sino corredores,
y la muerte, la celada
en que caemos.
No mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.

Esos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya pasadas,
con casos tristes,llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas;
así que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
y prelados,
así los trata la Muerte
como a los pobres pastores
de ganados.

Aquel de buenos abrigo,
amado, por virtuoso,
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tan famoso
y tan valiente;
sus hechos grandes y claros
no cumple que los alabe,
pues los vieron;
ni los quiero hacer caros,
pues que el mundo todo sabe
cuáles fueron.

Después de puesta la vida
tantas veces por su ley
al tablero;
después de tan bien servida
la corona de su rey
verdadero;
después de tanta hazaña
a que no puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa de Ocaña
vino la Muerte a llamar
a su puerta.

diciendo: -"Buen caballero,
dejad el mundo engañoso
y sus halagos;
vuestro corazón de acero
muestre su esfuerzo famoso
en este trago;
y pues de vida y salud
hicisteis tan poca cuenta
por la fama,
esfuércese la virtud
para sufrir esta afrenta
que os llama.

Así, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer
y de sus hijos y hermanos
y criados,
dio el alma a quien se la dio
(el cual la ponga en el cielo
en su gloria),
y aunque la vida perdió,
dejónos harto consuelo
su memoria.

 

<< volver

 

 

información de contacto

A flor de tiempo, SL
c/ Girona, 120 08009 Barcelona (España)
Tf (+34) 93 457 11 18
Fax (+34) 93 458 92 53
Email: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Volver arriba