Paco Ibáñez en el Olympia

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Paco Ibáñez en el Olympia

disco Paco Ibáñez en el Olympia

 

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cd 1          cd 2

Luis de Góngora

Déjame en paz, amor tirano

Francisco de Quevedo

Es amarga la verdad

Arcipreste de Hita

Lo que puede el dinero

Rafael Alberti

Nocturno

Nicolás Guillén

Soldadito boliviano mp3

Rafael Alberti

A galopar

Federico García Lorca

Canción de jinete

Jorge Manrique

Coplas por la muerte de su padre

Luis de Góngora

Y ríase la gente

León Felipe

Como tú

Gabriel Celaya

España en marcha

 

cd 1          cd 2

Luis de Góngora

Déjame en paz, amor tirano

Francisco de Quevedo

Es amarga la verdad

Arcipreste de Hita

Lo que puede el dinero

Rafael Alberti

Nocturno

Nicolás Guillén

Soldadito boliviano mp3

Rafael Alberti

A galopar

Federico García Lorca

Canción de jinete

Jorge Manrique

Coplas por la muerte de su padre

Luis de Góngora

Y ríase la gente

León Felipe

Como tú

Gabriel Celaya

España en marcha

cd 2          cd 1

Rafael Alberti

Balada del que nunca fue a Granada

Antonio Machado

Proverbios y cantares

José Agustín Goytisolo

Palabras para Julia
Érase una vez

Georges Brassens

La mala reputación

Blas de Otero

Me llamarán
Me queda la palabra mp3

Gloria Fuertes

Villancico

José Agustín Goytisolo

Me lo decía mi abuelito

Luis Cernuda

Un español habla de su tierra

Miguel Hernández

Andaluces de Jaén

Gabriel Celaya

La poesía es un arma cargada de futuro

Rafael Alberti

A galopar

Déjame en paz, amor tirano

Ciego que apuntas y atinas,
caduco Dios y rapaz.
Vendado que me has vendido
y niño mayor de edad.
Por el alma de tu madre,
que murió siendo inmortal,
de envidia de mi señora,
que no me persigas más,
déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Amadores desdichados
que seguís milicia tal,
decidme qué buena guía
podéis de un ciego sacar,
de un pájaro qué firmeza,
qué esperanza de un rapaz,
qué galardón de un desnudo,
de un tirano, qué piedad?
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Diez años desperdicié,
los mejores de mi edad,
a ser labrador de amor
a costa de mi caudal.
Como aré y sembré cogí,
aré un alterado mar,
sembré una estéril arena,
cogí vergüenza y afán.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Amadores desdichados
que seguís milicia tal,
decidme qué buena guía
podéis de un ciego sacar,
de un pájaro qué firmeza,
qué esperanza de un rapaz,
qué galardón de un desnudo,
de un tirano, qué piedad?
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Es amarga la verdad

Pues amarga la verdad,
quiero echarla de la boca;
y si al alma su hiel toca,
esconderla es necedad.
Sépase, pues libertad
ha engendrado en mi pereza
la pobreza..

¿Quién hace al ciego galán
y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
le sirve de río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
sin ser el Dios verdadero?
El dinero.

¿Quién con su fiereza espanta,
el cetro y corona al rey?
¿Quién careciendo de ley
merece nombre de santa?
¿Quién con la humildad levanta
a los cielos la cabeza?
La pobreza.

¿Quién los jueces con pasión,
sin ser ungüento, hace humanos,
pues untándoles las manos
los ablanda el corazón?
¿Quién gasta su opilación
con oro y no con acero?
El dinero.

¿Quién procura que se aleje
del suelo la gloria vana?
¿Quién siendo tan cristiana,
tiene la cara de hereje?
¿Quién hace que al hombre aqueje
el desprecio y la tristeza?
La pobreza.

Lo que puede el dinero

Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar;
al torpe hace discreto y hombre de respetar;
hace correr al cojo y al mudo le hace hablar;
el que no tiene manos bien lo quiere tomar.

También al hombre necio y rudo labrador
dineros le convierten en hidalgo doctor;
cuanto más rico es uno, más grande es su valor,
quien no tiene dinero no es de sí señor.

Y si tienes dinero tendrás consolación,
placeres y alegrías y del Papa ración,
comprarás Paraíso, ganarás la salvación;
donde hay mucho dinero hay mucha bendición.

Él crea los priores, los obispos, los abades,
arzobispos, doctores, patriarcas, potestades,
a los clérigos necios da muchas dignidades,
de verdad hace mentiras, de mentiras hace verdades.

Él hace muchos clérigos y muchos ordenados,
muchos monjes y monjas, religiosos sagrados,
el dinero les da por bien examinados,
a los pobres les dicen que no son ilustrados.

Yo he visto muchos curas en sus predicaciones
despreciar al dinero, también sus tentaciones,
pero, al fin, por dinero otorgan los perdones,
absuelven los ayunos y ofrecen oraciones.

Dicen frailes y clérigos que aman a Dios servir
mas si huelen que el rico está para morir,
y oyen que su dinero empieza a retiñir,
por quién ha de cogerlo empiezan a reñir.

En resumen lo digo, entiéndelo mejor:
el dinero es del mundo el gran agitador,
hace señor al siervo y siervo hace al señor;
toda cosa del siglo se hace por su amor.

Nocturno

Lo que tanto se sufre sin sueño y por la sangre
se escucha que palpita solamente la rabia,
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio
y en las médulas arde continua la venganza.

Las palabras entonces no sirven, son palabras.

Manifiestos, escritos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas,
qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!

Las palabras entonces no sirven, son palabras.

Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible, y calla.
Las palabras entonces no sirven, son palabras.

Siento esta noche heridas de muerte las palabras.

Soldadito Boliviano mp3

Soldadito de Bolivia
soldadito boliviano.
Armado vas de tu rifle
que es un rifle americano
que es un rifle americano
soldadito de Bolivia
que es un rifle americano.

Te lo dio el Sr. Barrientos
soldadito boliviano
regalo de Mister Johnson
para matar a tu hermano
para matar a tu hermano
soldadito de Bolivia
para matar a tu hermano.

No sabes quién es el muerto
soldadito boliviano
el muerto es el Che Guevara
y era argentino y cubano
y era argentino y cubano
soldadito de Bolivia
y era argentino y cubano.

Él fue tu mejor amigo
soldadito boliviano
él fue tu amigo de a pobre
del oriente al altiplano
del oriente al altiplano
soldadito de Bolivia
del oriente al altiplano.

Está mi guitarra entera
soldadito boliviano
de luto, pero no llora
aunque llorar es humano
aunque llorar es humano
soldadito de Bolivia
aunque llorar es humano.

No llora porque la hora
soldadito boliviano
no es de lágrima y paãuelo
sino de machete en mano
sino de machete en mano
soldadito de Bolivia
sino de machete en mano.

Con el cobre que te paga
soldadito boliviano
que te vendes que te compra
es lo que piensa el tirano
es lo que piensa el tirano
soldadito de Bolivia
es lo que piensa el tirano.
Pero aprenderás seguro
soldadito boliviano
que a un hermano no se mata
que no se mata a un hermano
que no se mata a un hermano
soldadito de Bolivia
que no se mata a un hermano.

A galopar

Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar
hasta enterrarlos en el mar!

A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar
hasta enterrarlos en el mar!

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa caballo cuatralbo,
jinete del pueblo
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar
hasta enterrarlos en el mar!

Canción de jinete

En la luna negra
de los bandoleros,
cantan las espuelas.

¡Ay! caballito negro,
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

Las duras espuelas
del bandido inmóvil
que perdió las riendas.

¡Ay! caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!

En la luna negra
sangraba el costado
de Sierra Morena.

¡Ay! caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

En la luna negra,
¡un grito! y el cuerno
largo de la hoguera.

¡Ay! caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!

Coplas por la muerte de su padre

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allá los otros medianos
y más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.

Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.

Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
no son sino corredores,
y la muerte, la celada
en que caemos.
No mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.

Esos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya pasadas,
con casos tristes,llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas;
así que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
y prelados,
así los trata la Muerte
como a los pobres pastores
de ganados.

Aquel de buenos abrigo,
amado, por virtuoso,
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tan famoso
y tan valiente;
sus hechos grandes y claros
no cumple que los alabe,
pues los vieron;
ni los quiero hacer caros,
pues que el mundo todo sabe
cuáles fueron.

Después de puesta la vida
tantas veces por su ley
al tablero;
después de tan bien servida
la corona de su rey
verdadero;
después de tanta hazaña
a que no puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa de Ocaña
vino la Muerte a llamar
a su puerta.

diciendo: -"Buen caballero,
dejad el mundo engañoso
y sus halagos;
vuestro corazón de acero 
muestre su esfuerzo famoso
en este trago;
y pues de vida y salud
hicisteis tan poca cuenta
por la fama,
esfuércese la virtud
para sufrir esta afrenta
que os llama.

Así, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer
y de sus hijos y hermanos
y criados,
dio el alma a quien se la dio
(el cual la ponga en el cielo
en su gloria),
y aunque la vida perdió,
dejónos harto consuelo
su memoria.

Y, ríase la gente

Traten unos del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañanas del invierno
naranjada y aguardiente,
y rijijijí y rijijijá
y ríase la gente
Coma en dorada vajilla
el Príncipe mil cuidados,
como píldoras dorados;
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y rijijí y rijijijá
y ríase la gente.
Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y rijijijí y rijijijá
y ríase la gente.
Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
y rijijijí y rijijijáy ríase la gente.

Como tú

Así es mi vida, mi vida,
piedra, como tú.
Como tú
piedra pequeña, como tú,
piedra ligera, como tú.
Como tú,
canto que ruedas, como tú,
por las veredas, como tú.
Como tú,
guijarro humilde, como tú,
de las carreteras, como tú.
Como tú,
piedra pequeña, como tú.
Como tú,
guijarro humilde, como tú.
Como tú,
que en días de tormenta,
como tú,
te hundes en la tierra, como tú.
Como tú,
y luego centelleas, como tú,
bajo los cascos,
bajo las ruedas, como tú.
Como tú,
piedra pequeña, como tú.
Como tú,
guijarro humilde, como tú.
Como tú,
que no sirves para ser ni piedra,
como tú,
ni piedra de una lonja,
como tú.
Ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia,
ni piedra de una audiencia,
como tú.
Como tú,
piedra aventurera, como tú,
que tal vez estás hecha
como tú.
Como tú,
sólo para una honda,
como tú,
piedra pequeña, como tú,
Como tú.

España en marcha

Nosotros somos quienes somos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren como Dios
manda a sus muertos.

Ni vivimos del pasado,
ni damos cuerda al recuerdo.
Somos, turbia y fresca, un agua que atropella
sus comienzos.

Somos el ser que se crece
Somos un río derecho.
Somos el golpe temible de un corazón
no resuelto.

De cuanto fue nos nutrimos,
transformándonos crecemos,
y así somos quienes somos golpe a golpe y
muerto a muerto.

Somos bárbaros sencillos.
Somos a muerte lo ibero
que aún nunca logró mostrarse puro, entero
y verdadero.

¡ A la calle!, que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo
nuevo.

No reniego de mi origen
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un
comienzo.

Españoles con futuro
y españoles que, por serlo,
aunque encarnan lo pasado no pueden darlo
por bueno.

Recuerdo nuestros errores
con mala saña y buen viento.
Ira y luz, padre de España, vuelvo a arrancarte
del sueño.

Vuelvo a decir quien eres.
Vuelvo a pensarte, suspenso.
Vuelvo a luchar como importa y a empezar por
lo que empiezo.

No quiero justificarte
como haría un leguleyo.
Quisiera ser un poeta y escribir tu primer verso.
¡A la calle!, que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo
nuevo.

Anunciamos algo nuevo.
Anunciamos algo nuevo.

Balada del que nunca fue a Granada

Qué lejos por mares, campos y montañas
ya otros soles miran mi cabeza cana.
Nunca fui a Granada,
nunca fui a Granada.

Mi cabeza cana, los años perdidos,
quiero hallar los viejos, borrados caminos.
Nunca entré en Granada,
nunca entré en Granada.

Dadle un ramo verde de luz a mi mano,
una rienda corta y un galope largo.
Nunca vi Granada,
nunca vi Granada.

¿Qué gente enemiga puebla sus adarves:
quién los claros ecos libres de sus aires?
Nunca fui a Granada.

Venid, los que nunca fuisteis a Granada;
hay sangre caída, sangre que me llama.
Nunca fui a Granada,
nunca fui a Granada.

Hay sangre caída del mejor hermano;
sangre por los mirtos y aguas de los patios.
Nunca vi Granada,
nunca vi Granada.

Si altas son las torres, el valor es alto;
venid por montañas, por mares y campos.
Entraré en Granada,
entraré en Granada,
entraré en Granada.

Proverbios y cantares

Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.

La envidia de la virtud
hizo a Caín criminal.
Gloria a Caín hoy el vicio
es lo que se envidia más.

No extrañéis, dulces amigos
que esté mi frente arrugada;
yo vivo en paz con los hombres
y en guerra con mis entrañas.

Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
Después soñé que soñaba.

Bueno es saber que los vasos,
sirven para beber;
lo malo es que no sabemos
para que sirve la sed.

Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

Palabras para Julia

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable,
interminable.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido,
no haber nacido.

Pero tú siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti, pensando en ti
como ahora pienso.

La vida es bella ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos tendrás amor,
tendrás amigos.

Un hombre solo una mujer
así tomados de uno en uno
son como polvo no son nada,
no son nada.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti, pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino nunca digas
no puedo más y aquí me quedo,
y aquí me quedo.

La vida es bella ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos tendrás amor,
tendrás amigos.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti, pensando en ti
como ahora pienso.

Érase una vez

Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.

Y había también
un príncipe malo
una bruja hermosa
y un pirata honrado.

Todas estas cosas
había una vez
cuando yo soñaba
un mundo al revés.

La mala reputación

En mi pueblo, sin pretensión,
tengo mala reputación,
haga lo que haga, es igual,
todo lo consideran mal.
Yo no pienso pues hacer ningún daño
Queriendo vivir fuera del rebaño.
No, a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe.
Todos, todos me miran mal,
salvo los ciegos, es natural.

Cuando la fiesta nacional
yo me quedo en la cama igual,
que la música militar
Nunca me supo levantar.
En el mundo pues no hay mayor pecado
que el de no seguir al abanderado
No, a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe.
Todos me muestran con el dedo
salvo los mancos, quiero y no puedo.

Si en la calle corre un ladrón
y a la zaga va un ricachón,
zancadilla pongo al señor
y aplastado el perseguidor.
Eso sí que sí que será una lata,
¡siempre tengo yo que meter la pata!
No, a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe.
Todos tras de mí a correr,
salvo los cojos, es de creer.

No hace falta saber latin
yo ya sé cuál será mi fin,
en el pueblo se empieza o oír
¡muerte, muerte al villano vil!
Yo no pienso pues armar ningún lío
con que no va a Roma el camino mío.
No, a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe.
Todos, todos me miran mal,
salvo los ciegos, es natural.

Me llamarán

Me llamarán, nos llamarán a todos;
tú, y tú y yo.
Nos tornaremos en torno de cristal ante la muerte,
y te expondrán, nos expondremos todos,
a ser trizados...Zas! por una bala.
Bien lo sabéis,
Vendrán por ti, por mí, por todos,
y también por ti.
Aquí no se salva ni Dios, lo asesinaron.
Escrito está, escrito está,
tu nombre está ya listo,
temblando en un papel
Aquel que dice:
Abel, Abel, Abel o yo, tú, él.

Me queda la palabra mp3

Si he perdido la vida, el tiempo,
todo lo tiré como un anillo al agua.
Si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre,
todo lo que era mío y resultó ser nada.
Si he segado las sombras en el silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los ojos para ver el rostro
puro y terrible de mi patria.
Si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.

Villancico

Ya está el niño en el portal,
que nació en la portería,
San José tiene un taller,
y es la portera María.

Vengan sabios y doctores
a consultarle sus dudas,
el niño sabelotodo
está esperando en la cuna.

Dice que pecado es
hablar mal de los vecinos
y que pecado no es
besarse por los caminos.

Que se acerquen los pastores,
que me divierten un rato,
que se acerquen los humildes,
que se alejen los beatos.

Que pase la Magdalena,
que venga San Agustín,
que esperen los reyes Magos
que les tengo que escribir.

Me lo decía mi abuelito

Me lo decía mi abuelito,
me lo decía mi papá,
me lo dijeron muchas veces
y lo olvidaba muchas más.

Trabaja niño no te pienses
que sin dinero vivirás.
Junta el esfuerzo y el ahorro
ábrete paso ya verás,
como la vida te depara
buenos momentos. Te alzarás
sobre los pobres y mezquinos
que no han sabido descollar.

Me lo decía mi abuelito,
me lo decía mi papá,
me lo dijeron muchas veces
y lo olvidaba muchas más.

La vida es lucha despiadada
nadie te ayuda, así no más,
y si tú solo no adelantas,
te irán dejando atrás, atrás.
¡Anda muchacho y dale duro!
La tierra toda, el sol y el mar,
son para aquellos que han sabido,
sentarse sobre los demás.

Me lo decía mi abuelito,
me lo decía mi papá,
me lo dijeron muchas veces
y lo he olvidado siempre más.

Un español habla de su tierra

Las playas parameras
al rubio sol durmiendo.
Los oteros, las vegas,
en paz, a solas lejos.

Los castillos ermitas,
cortijos y conventos
la vida con la historia
tan dulces al recuerdo.

Ellos, los vencedores.
Canes sempitemos,
de todo me arrancaron
me dejan el destierro.

Contigo sólo estaba,
en ti sola creyendo.
Pensar tu nombre ahora
envenena mi sueño.

Amargos son los días
de la vida viviendo,
sólo una larga espera
a fuerza de recuerdos.

Un día tú ya libre
de la mentira de ellos,
me buscarás entonces;
¿Qué ha de decir un muerto?

Amargos son los días
de la vida viviendo
sólo una larga espera
a fuerza de recuerdos.

Andaluces de Jaén

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién?
¿quién levantó los olivos?
Andaluces de Jaén.

No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada
el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Andaluces de Jaén.

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿de quién?
¿de quién son esos olivos?
Andaluces de Jaén.

Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos.

Jaén, levántate brava,
sobre tus piedras lunares
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Andaluces de Jaén.

La poesía es un arma cargada de futuro

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
más se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
que golpea las tinieblas.

Cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades;
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades,
amorosas crueldades.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos, dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo,
estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido,
partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren,
y canto respirando.
Canto y canto y cantando más allá de mis penas,
de mis penas personales, me ensancho,
me ensancho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
es lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo, estamos tocando el fondo.

A galopar

Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar
hasta enterrarlos en el mar!

A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar
hasta enterrarlos en el mar!

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa caballo cuatralbo,
jinete del pueblo
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar
hasta enterrarlos en el mar!

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